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Ventajas post-cuarentena para la tramitación más veloz de los procesos judiciales. ¿Sobrevivirán?

Mario Cardozo
Codigo Civil y Comercial

Hay un avance que la situación de emergencia sanitaria trajo sobre los justiciables en los tribunales de la Capital Federal que han podido tramitarse: la instauración por la fuerza de las circunstancias de un proceso más digitalizado y por ende, más veloz.-

Sin perjuicio de lo expuesto, no escapé de aquellas circunstancias habituales que causan reiterados dolores de cabeza a los letrados que ejercen la profesión en la «trinchera»: el aprovechamiento de formalidades para evitar tramitar un proceso, el encajonamiento de expedientes para no remitirlos al superior, la descarada desobediencia de criterios impuestos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que solo ella advertiría ( rechazándose la habilitación de feria en primera y segunda instancia, obligando a la interposición de recursos extraordinarios) y la omisión voluntaria de expedirse sobre cuestiones que, resueltas, pueden traer algo que no les favorece: más trabajo. Tales situaciones sin duda se escudan justamente en el expediente papel, que debe ir desapareciendo del esquema judicial argentino.-

Me pregunto qué sucederá una vez culmine esta etapa de extraordinaria e insólita feria judicial. ¿Volveremos al expediente papel? ¿Se podrán consolidar los avances del expediente digital que reposan en la buena fe y en la mayor responsabilidad profesional, en la inmediación judicial, en la resolución más rápida de los conflictos que se ventilan en los tribunales?

Es bien sabido por los operadores del sistema (abogados, jueces, auxiliares de la justicia, etc) que uno de los valores más esquivos es el de la celeridad en la tramitación y en la decisión judicial, sustentándose el escollo de la lentitud directamente en el expediente papel y que a su vez favorece -agravando oblicuamente otros males- un restringido acceso del ciudadano común a lo que hacen abogados y jueces en los procesos. La tramitación digital del proceso permite una fiscalización de cualquiera que pueda acceder al sistema del Poder Judicial de la Nación, siendo ello dificultoso con la actual realidad de «expediente papel».-

En el caso particular del suscripto, la búsqueda del valor celeridad se acentúa al ser la gran mayoría de mis clientes individuos, consumidores o litigantes que persiguen el reconocimiento rápido de sus derechos desconocidos, si a ello se suman las inquietudes, preocupaciones y ansiedades respecto de sus reclamos que requieren de una rápida respuesta jurisdiccional ( amparos de salud o juicios sumarísimos en materia de derecho del consumidor, por ejemplo) la claridad y explicación de cada una de las instancias que se recorren resulta fundamental. Sin duda la digitalización- que permite la celeridad y transparencia en la actuación ante los jueces- exige y favorece esa transparencia y celeridad para quien reclama a otro el reconocimiento de sus derechos.-

La labor del profesional litigante ha variado sustancialmente desde aquella imagen lejana del letrado que aguardaba en su despacho que los clientes «vengan» . Los clientes tienen muchas ofertas entre las cuales elegir, y la competencia para atraer nuevos casos resulta feroz en la actualidad. Sin duda prevalecerá la que resulte más clara, precisa y transparente, sin importar de qué tipo de cliente se trate. En otra oportunidad me referiré a los avatares propios de atraer nuevos clientes, proceso que se ve enormemente favorecido por las numerosas herramientas tecnológicas que favorecen un trabajo más continuo y preciso para lograr ese resultado y que se desconocen en su gran mayoría, en perjuicio del trabajo del abogado.-

Esperemos que la vuelta a la normalidad consolide los logros que trajo consigo la anormalidad de la feria judicial extraordinaria y derrame la experiencia vivida en los términos aquí analizados a toda la actividad judicial futura. El que escribe piensa que lo único que queda de los que no ven necesario cambiar, es resistir lo máximo posible las viejas formas aún cuando en muchos otros ámbitos se usen esos beneficios. Como dice el pensador González Pecotche, aquellos que reniegan de los adelantos, son quienes paradójicamente se sirven de ellos en otros ámbitos e inconscientemente los adoptan para su beneficio (Introducción al Conocimiento Logosófico página 155).-

Veremos que sucede.-